viernes, 7 de noviembre de 2014

Cartografías para una arqueología del futuro

La geografía no ha sido nunca una actividad inocente, a pesar de su apariencia de simple descripción del espacio físico. Los mapas se han hecho siempre al servicio de intereses bien concretos, aunque oculten sus objetivos. Se exponen o se plasman algunas cosas, pero se esconden o disimulan otras, por no hablar de las que se desfiguran o se inventan, de tal modo que los mapas son como palimpsestos en que el poder reelabora las viejas representaciones. El poder traza su propia cartografía. De ahí que en cada mapa, aparte de la actualidad, se incluya el pasado. Y sobre todo el futuro.

En principio, cada contexto sociohistórico podría tener sus mapas, sus abanicos de posibilidades, sus horizontes de expectativas; en definitiva, su pléyade de murmullos anónimos en los que se dice el sentido de lo que pasa. La afirmación de que una determinada interpretación de la realidad no puede ser más que verdad o mentira, constituye un pálido reflejo de una realidad abigarrada en la que verdad y mentira no precisan, necesariamente, de una mutua exclusión. Sin embargo, acostumbramos a pensar en términos de exclusividad, de confrontación de opuestos, de dicotomías.

El cartógrafo, generalmente, trabaja para un poder. El delineante de mapas, como sujeto social, tiene una intención política y difícilmente puede ser objetivo e imparcial, ya que la cartografía, además de brindar un testimonio, aspira a modelar y prefigurar la realidad. Ha sido la geografía, entre otras ciencias, la abanderada del imperialismo. La confección de mapas se usa para visualizar el espacio colonizable y legitimar la apropiación de esos territorios. La geografía sirve sobre todo para hacer la guerra y, con ella, la segregación.

En su sentido geográfico, la segregación indica la desigual distribución de los grupos de población en un espacio físico determinado. Esta construcción social del espacio traduce diferencias sociales, como claro reflejo de la jerarquía en grupos heterogéneos. Al vencedor no le basta con la victoria. Sabe que no puede confiar ni en las palabras ni en los silencios del vencido, pues siempre estará ante una representación que él mismo ha impuesto.

Así pues, en Octopus hay que diferenciar hasta cuatro grupos de pobladores: las tribus primitivas que vivían antes de la invasión marciana, los esclavos alienígenas que se quedaron a vivir, los soldados y señores que les transportaron desde ultramar sin establecerse permanentemente, y los descendientes de la diáspora que retornaron a raíz de las sucesivas insurrecciones culminadas en 1847 con la declaración de independencia.

Rosa de Octopus.
La adaptación y evolución de los dos primeros grupos acaecida en los siglos venideros tipificó la personalidad octopusiana, cuya huella quedó en la arqueología, en los documentos, en la lingüística y en el territorio, así como en aspectos de la vida cotidiana, como sus actividades productivas, reproductivas, asentamientos, demografía, estructuras de poder, normas matrimoniales, orden jurídico y etnoastronomía. Aspectos que, a medida que se asentaron los conocimientos geográficos, fueron simbolizados con la creación de la Rosa de Octopus, dejando atrás los mitos.

Sobre esta última cuestión se apunta que el culto astral les conminó a construir, orientar y alinear emplazamientos para establecer sus calendarios, organizarse y transmitir su conocimiento a las siguientes generaciones mediante la experiencia y la tradición oral. Hasta mediados del siglo XIX, en que afloraron nuevos ritos provenientes de la diáspora, estas tradiciones paganas convivieron con el culto vudú de los esclavos y el catolicismo de los grandes señores. Sin embargo, el joven obispo Sebastian Maniscalco fue mandado al exilio por el califa Mameluco en el año 484 acusado de herejía y regresó de Theveste ya anciano como asesor de Cosroes Parwiz. Maniscalco propuso proyectar la Rosa de Octopus sobre la superficie de los mapas, pero aún faltarían otras muchas innovaciones cartográficas para poder representar dentro de un mismo plano las ocho dimensiones.

viernes, 31 de octubre de 2014

La diáspora de las tribus deportadas por el imperio

La segunda gran deportación marciana.
Octopus fue poblado por tribus rebeldes y a su vez pobló parte del Nuevo Mundo, lo que marcó su evolución y adaptación como sociedad históricamente documentada. A inicios de nuestra era el Imperio Marciano deportó a miles de personas, miembros de tribus insurrectas, como medida ejemplar, punitiva, para desarraigarlas y colonizar nuevos territorios.

Las fuentes escritas persas, junto con los hallazgos arqueológicos y las informaciones geográficas, paleoambientales y etnohistóricas, han actualizado la visión de la etnología tribal en su ámbito dinámico al señalar la deportación de colectivos tribales durante la antigüedad, grupos humanos desconocedores de la navegación procedentes de Persia que debieron ser trasladados a los Sextercius marcianos cruzando el mar de África.

En el siglo I comenzaron las hostilidades contra el Imperio Marciano. Los indígenas africanos se aliaron con las tribus de Corcos autóctonas que no aceptaban la invasión y se trasladaron a las montañas. Para mitigar esta segunda insurrección el emperador envió a Paulino, el primer jefe militar en traspasar la cordillera de Tourmalet donde alcanzó a los miembros de las tribus rebeldes. Para escarmiento de los venideros y porque el delito cometido no quedase sin castigo, mandó cortar las cabezas a todos los que habían sido caudillos principales de la rebelión; y a los demás, porque no fuesen por ventura causa de otro motín en toda aquella generación, ordenó cortar sus lenguas, para que donde quiera que fueran no supiesen referir ni jactarse que en algún tiempo estuvieron contra el imperio.

En esta época las tribus irredentas sometidas eran deportadas a otros enclaves situados a centenas de kilómetros y así se desplazó a miles de personas, hombres y mujeres cuyas lenguas habían sido cortadas, por rutas terrestres y marítimas. Una medida ejemplarizante para desarraigarlas sin esperanza de retorno y también para colonizar nuevos territorios. Además Paulino, con la aquiescencia del Senado, estableció una línea divisoria en el mapa de Corcos entre los territorios rebeldes y los sometidos al imperio: los Octopus al norte, concebidos como un vasto presidio, y los Carrampos al sur, respectivamente.

lunes, 29 de septiembre de 2014

La falacia y el currículum (IV)

Con la que está cayendo, los expertos en burocracia capitalista han tenido mogollón de ocurrencias. Una de ellas ha sido estimar la economía sumergida en los cálculos de la riqueza interna, poniendo cifras y valor al narcotráfico, la prostitución, el contrabando y el juego ilegal. Cabe recordar que las prácticas económicas en negro también son ilegales, pero éstas no tienen por qué efectuarse en una actividad que lo sea —conflictos bélicos incluidos—, por lo que las estimaciones de los expertos se hacen imprescindibles. No obstante, rechazaron estimar el trabajo doméstico, los robos y las estafas, ya que en ellos no media una transacción económica y no constituyen un negocio al fin y al cabo.

Con esto, según estos listos, se conseguiría reducir la deuda pública, que está supeditada al cálculo del producto interior bruto. La matemática es simple: si la base —denominador— es más grande, el resultado —teniendo en cuenta que el numerador no sufre cambios— será más reducido. En segundo lugar, los recortes en gasto social llevados a cabo por el gobierno seguirían siendo cada vez más drásticos apelando a que la economía sumergida satisfaría la demanda —por ejemplo, las necesidades farmacéuticas podrían ser paliadas con el narcotráfico— y, por ende, generando riqueza nacional.

Uno de los efectos de esta medida —post hoc ergo propter hoc— ha sido el incremento de falacias de todo tipo. Aunque algunas falacias no son intencionadas, debido a descuidos o ignorancia, la mayoría se cometen intencionalmente. Incluso como método de pago. Las falacias de este tipo pueden ser muy persuasivas, por lo que su agilidad anfibológica, que permite ir por la calle sin efectivo ni tarjetas de crédito, ha obligado a muchos comerciantes a aceptarlo como algo normal en sus establecimientos. El intercambio de falacias por bienes y servicios se ha impuesto en Octopus después del éxito obtenido con las primeras pruebas celebradas en Mamaluf, donde cientos de jóvenes defenestrados —debido a otra práctica muy extendida: infringir la ley de la gravedad saltando de balcón a balcón— practicaron a cambio de alcohol en las discotecas.

martes, 9 de septiembre de 2014

Thunderstruck (II)

jueves, 4 de septiembre de 2014

Thunderstruck

jueves, 19 de junio de 2014

La obligada pleitesía a Felipe Sexto

Instrucciones para triunfar en el periodismo
Eduardo Galeano

Finalmente, tras una precipitada deliberación, los senadores del Imperio Marciano lo refrendaron mediante una ley orgánica: un nuevo monarca, Felipe de Sextercius, sería su embajador occidental. Más conocido, sin embargo, como Felipe Sexto, haciendo caso omiso a la etimología y la función implícitos en su verdadero nombre; el armisticio de Tourmalet obligaba al pueblo octopusiano a integrarse en Sextercius, por lo que su nuevo máximo representante ante el Imperio Marciano lo era también de todo Octopus.

Así las cosas, se dice que Felipe Sexto contó con el beneplácito de Xindansvinto; si bien éste se aseguró de no ostentar cargo alguno en el momento de su coronación para no tener que rendirle pleitesía. «No hay que confundir pleitesía con cortesía», según dijo. «Para mí es como un hijo y así se lo haré saber», aseguró sin poder ocultar su franco malestar ante la actitud díscola de sus hijas.

Para prevenir incidentes con los gatos, no fuera a ser que tirasen algún tiesto en el desfile de investidura, se dispusieron más de 120 francotiradores francófonos en las azoteas. Otrosí, dado que ser tan alto mandatario de Sextercius era más que nada una cuestión de cojones habida cuenta del belicismo imperante (nunca mejor dicho) en el Imperio, el protocolo para la proclamación de Felipe de Sextercius también incluía en la ceremonia que se sentara en un trono agujereado en el centro para comprobar que los tuviera. Tras lo cual, él mismo seguiría tocándoselos sin pudor ni disimulo.

El hasta entonces Jefe Supremo de Octopus se mantuvo al margen pero vigilante. Los cronistas describieron a Xindansvinto «entronado, con sus guantes grises, en una silla brocada, con el alma reseca y vacío de esperanza, muy viejo y cansado, pero inspeccionando la escena con un aire cínico y casi pícaro». Como buenos cortesanos alabaron por enésima vez la argucia de su abdicación. No en vano, su apuesta por un gobierno tecnocrático formaba parte de una estrategia política populista dirigida hábilmente y que, revitalizada bajo consignas posmodernas, amenazaba con ser, nada más y nada menos, antesala del totalitarismo y soporte de una emocionalidad que rechaza los cauces deliberativos racionales, a pesar de sustentarse precisamente en un modelo de legalidad institucional representativa.

Y es que la proclamación del nuevo monarca de Sextercius no alteraba dichos planes, sino que, muy al contrario, formaban parte de ellos.

viernes, 30 de mayo de 2014

El protocolo de la puntuación

Musca maledicta.
Garvinus observó que los sistemas de puntuación utilizados en las literaturas de las distintas naciones dependieron originalmente de los hábitos sociales y de la dieta general de las moscas que infestaban los correspondientes territorios. Estos animalitos, que se distinguieron siempre por vivir en la vecindad de los escritores, a quienes tratan con amistosa familiaridad, embellecen con generosidad o tacañería, según sus hábitos corporales, los manuscritos en proceso de preparación, haciendo surgir el sentido de la obra por una especie de interpretación superior y ajena a los poderes del autor. Los «viejos maestros» de la literatura —es decir, los escritores primitivos cuya obra es tan estimada por los escribas y críticos posteriores que hablan el mismo idioma— jamás puntuaron cosa alguna, sino que escribían a vuelapluma sin caer en esa irregularidad del pensamiento que proviene del uso de la puntuación. (Actualmente observamos idénticos procedimientos en los niños, cuyos hábitos en la materia constituyen una demostración notable y hermosa de que la infancia de los individuos reproduce los métodos y las etapas del desarrollo que caracterizan a la infancia de las razas). Los modernos investigadores, con sus instrumentos ópticos y ensayos químicos, han descubierto que todos los signos de puntuación de esos antiguos escritos fueron insertados por la ingeniosa y servicial colaboradora de los escritores, la mosca doméstica común o Musca maledicta. Al transcribir esos primitivos manuscritos, ya fuera para apropiarse de las obras o para preservar lo que naturalmente consideraron revelaciones divinas, los literatos posteriores copiaron con precisión y fidelidad todas las marcas que encontraron en papiros y pergaminos, realzando milagrosamente la lucidez del pensamiento y el valor general de la obra. Los escritores contemporáneos de los copistas, por supuesto, adoptaron esas marcas para su propia creación y, gracias a la ayuda que les aseguraban las moscas de su propia casa, frecuentemente rivalizaron y hasta superaron las viejas composiciones, al menos en materia de puntuación, lo cual no es una gloria desdeñable. Para comprender cabalmente los importantes servicios que las moscas prestaron a la literatura, basta ubicar una página de cualquier novelista popular junto a un platillo con crema y melaza, en una habitación soleada, y observar «cómo el talento adquiere brillo y el estilo se refina» en proporción directa al tiempo de exposición.

martes, 13 de mayo de 2014

Anisakis de anchoa en teppanyaki

Anisakis ricos ricos.
Ya que estamos en temporada, te recomendamos una sencilla receta de anisakis de anchoa para sacarles el máximo partido. Para hacer la salsa, sofríe cuatro dientes de ajo picados finamente junto con ralladura de naranja y de lima. Tritura con aceite, vinagre y zumo de lima. Prepara una ensalada picando finamente tres tomates pelados, dos cebolletas y un pimiento rojo. Mezcla todo en un bol, añade aceitunas negras y aliña con la salsa triturada. Filetea las anchoas y separa con sumo cuidado todos los anisakis que encuentres en su interior. Reserva las anchoas para hacerlas en vinagreta o como prefieras; pero, ya si eso, otro día. Si no estás acostumbrado a los choques anafilácticos, es preferible que congeles los anisakis durante 24 horas antes de la preparación. Reparte por encima un picadillo de albahaca y la parte verde de dos cebolletas tiernas. Si no te van los productos light ni descafeinados y no congelas los anisakis, puedes añadir wasabi y cayena para darle un toque picante. Dóralos en el teppanyaki, dándoles vueltas con una cuchara de madera, hasta que se retuerzan y los oigas chillar. Añade sal y pimienta al gusto, mezcla con el resto de ingredientes y sirve inmediatamente.

martes, 15 de abril de 2014

Libre te quiero



Libre te quiero
como arroyo que brinca de peña en peña,
pero no mía.
Grande te quiero como monte preñado de primavera,
pero no mía.
Buena te quiero como pan que no sabe su masa buena,
pero no mía.
Alta te quiero como chopo que al cielo se despereza,
pero no mía.
Blanca te quiero como flor de azahares sobre la tierra,
pero no mía.
Pero no mía ni de Dios ni de nadie,
ni tuya siquiera.

Agustín García Calvo

jueves, 10 de abril de 2014

Sobre aspectos organizativos

Asamblea de primavera.
Art. 28º
Lema: «Se los enviamos a diestra y siniestra; mejor dicho, sólo a diestra porque siniestras bastantes noches hemos pasado».

Art. 29º
Escudo: Teja de arcilla en gules de sables con leones erectos y rampantes, con fondo de luna creciente en plata.

Art. 30º
Himno: Libre te quiero. Se traducirá convenientemente a las ocho lenguas.

Art. 31º
En el terreno espiritual, la sociedad se acoge bajo la advocación de la Santa Madre Natura; su festividad, la noche de San Juan, solsticio de verano.

Art. 32º
Una vez al año se celebrará la Asamblea General y Arremolinada, coincidiendo con la llegada de la Primavera.

Disposición adicional


Art. 33º
La aceptación del régimen de autonomía personal que se establece en los presentes Estatutos no implica la renuncia del pueblo de Cintruéñigo a los derechos que le hubieran podido corresponder en virtud de su historia; por lo que se dispondrá de una partida económica para ruedas de molino, que se ofrecerán a todos los hipócritas que se escandalicen por la vida y andanzas de La Teja de Medianoche, para que se las aten al cuello y se arrojen al mar.

Artículos del 23 al 27

domingo, 6 de abril de 2014

Sobre las aboliciones

«Odio la relación que no satisfaga al uno y al otro... El placer que se entrega por obligación no me gusta; no quiero que ninguna mujer cumpla conmigo ninguna obligación. A mí me gusta oír sus palabras diciéndome su goce; y que me ruegue que me detenga y que me contenga, y ver los ojitos vencidos de mi amante fuera de sí». Arte de Amar. Ovidio, 45 a.n.e.

Art. 23º
Por acuerdo fundacional, quedan abolidos el Sexto y el Noveno Mandamientos de la Iglesia Católica, y se recurrirá a los organismos competentes para su derogación oficial. Con el presente artículo damos justo desarrollo a lo que la sabiduría popular ya preludia en sus jotas, esto es, que «si en el Sexto no hay perdón ni en el Noveno rebaja, ya puede estar Dios llenando el cielo de paja». Igualmente se borra la Lujuria de la lista de Pecados Capitales y pasa a engrosar la de las Virtudes Teologales.

Art. 24º
Igualmente, queda abolido el Machismo, por ser uno de los principales obstáculos que dificultan la correcta relación afectiva y sexual de las personas.

Art. 25º
Igualmente, quedan abolidos el pudor carca, la coquetería, los celos, la fanfarronería, el puritanismo, la chulería, el vinagre y las horteradas verdes.

Art. 26º
La Teja de Medianoche se declara enemiga incondicional de la prostitución. Ni aun en los casos de mayor desesperación e incumplimiento de los fines fundamentales que nos hemos dado se permitirá, bajo pena de expulsión, la utilización del dinero para los logros del Amor.

Art. 27º
Esta sociedad combatirá con denuedo la Virginidad como una de las lacras de la humanidad, quinto jinete del Apocalipsis. Se le declara enemiga de la felicidad de los humanos, origen de un sinfín de enfermedades y taras físico-mentales, motivo de todos los traumas y frustraciones. Se luchará por la vacunación de todos los afectados por esta enfermedad, comenzando por los casos más urgentes.

viernes, 4 de abril de 2014

Sobre la mutua de socorros

La mujer que quiere a dos
no es mala sino entendida;
cuando una vela se apaga
la otra se queda encendida.

Art. 19º
Como mutua de socorros, La Teja de Medianoche facilitará la consecución de los medios materiales adecuados para el cómodo ejercicio de sus fines: lugares tranquilos y sugerentes, métodos anti sustos, encuentros «fortuitos», números de teléfono y direcciones de amistades, etc.

Art. 20º
En los núcleos urbanos y desde siempre, la ausencia de locales es el mayor problema con el que se encuentran los amantes, hasta el extremo de que los carros han sido elevados por muchos a la categoría de alcobas rodantes. Por ello, todo miembro de esta sociedad está comprometido a facilitar cuantos pisos, txokos o pajares disponga, para beneficio de los menos afortunados.

Art. 21º
Se ejercerá todo tipo de acciones legales e ilegales para abolir cuantas leyes amenacen o dificulten la libre relación sexual entre personas. El adulterio, el concubinato, la homosexualidad, el desnudismo, la barraganía o el amancebamiento, considerados como «escándalo público» por legisladores de degeneradas mentes y reprimidos cuerpos, serán prácticas aplaudidas y defendidas por La Teja de Medianoche.

Art. 22º
Asimismo, se ejecutarán cuantas acciones sean pertinentes contra toda Iglesia o Religión que, con la amenaza de torturarnos con Fuegos Eternos, Purgatorios y Calderas de Pedro Botero, nos exhortan desde púberes a la castidad, la pureza y la abstinencia. Dado que en el Cielo (si hubiere) tampoco se puede ziriquear, es evidente que sólo tenemos la Tierra para hacerlo: manos a la obra, que el tiempo apremia.

jueves, 3 de abril de 2014

Sobre la promotora cultural

«El Fascismo, como comportamiento social e individual, tiene su origen en la represión sexual». Wilhem Reich.

Art. 15º
Como promotora cultural, La Teja de Medianoche organizará charlas, encuestas, cursillos teórico-prácticos sobre el origen de la represión sexual y los desequilibrios que ésta origina en el organismo humano y en toda la sociedad. Se ejercitará la forma de devolver a las personas su armonía con la naturaleza, con prácticas de desbloqueo, masajes, técnicas sexuales, juegos eróticos, expresión corporal, danza, poesía, etc.

Art. 16º
Totalmente respetuosos tanto con el derecho de los humanos a la sexualidad como al de la procreación voluntaria y deseada, esta sociedad informará, divulgará y ofertará entre sus miembros todo tipo de métodos anticonceptivos, sin más límite que la propia voluntad de los afectados.

Art. 17º
La sociedad impulsará al máximo la afectividad entre sus miembros e introducirá más sensualidad en las relaciones cotidianas, impulsando el trato cariñoso, besarse, acariciarse más a menudo, agarrarse las manos, compartir intimidades, etc.

Art. 18º
En lo sucesivo, quedan incorporados al lenguaje cotidiano todo tipo de arrumacos, siseos, manitas, roces, zirris, pellizcos, guiños y carantoñas, quedando por tanto exentos de cualquier interpretación maliciosa.


martes, 25 de marzo de 2014

Sobre cómo echar, recibir y concluir los tejos

Paisaje sexual.
«Os digo, jóvenes romanos, que Venus y la Fortuna dispensan favores a los audaces... Tienes que representar el papel de amante y por ello tus palabras deben ser tan ardientes como el fuego que interiormente te consume... y paciencia: la rama de un árbol se curva doblándola con precaución y lentamente, pero se rompe si la obligas con todas tus fuerzas». Arte de Amar. Ovidio, 45 a.n.e.

Art. 8º
Convencidos de la nobleza de nuestros objetivos, los miembros de esta sociedad aprenderán a echar los tejos con soltura, atrevimiento y naturalidad, yendo directamente al grano o, al menos, con pocos rodeos, utilizando para ello la persuasión, la simpatía, el buen hacer y, en su caso, los atributos personales, pero siempre con el convencimiento último de que, en el fondo, todos estamos pensando en lo mismo. Un tejo sumamente poético y natural es la entrega a la persona pretendida de una ramita de dicho árbol (Taxus baccata).

Art. 9º
Para las personas tímidas y parcas en palabras y artes, La Teja de Medianoche ofrece un método sencillo, tan sugerente y directo que no puede ofrecer ninguna duda: regalar a la persona deseada o introducir disimuladamente en su bolsillo, un ejemplar de estos Estatutos. Cuando esa persona lea este artículo, debe darse ya por enterada de que le han propuesto acostarse acompañada.

Art. 10º
Si un tejo ha sido echado con las condiciones anteriormente expuestas, jamás puede ser motivo de ofensa o de malinterpretación. Se trata de una deferencia que debe agradar siempre a quien lo recibe. Cualquiera que sea la respuesta al tejo, debe ir precedida de una sonrisa de agradecimiento. Si es negativa, nunca cerrar futuras posibilidades... Hoy no puede ser, quizás la próxima...

Art. 11º
Un miembro de esta sociedad jamás debe rechazar un tejo sin una causa justificada, y existen muy pocas causas realmente justificadas. Ante la duda, hay que aceptar siempre. No olvidemos que en los terrenos del Amor nunca se sabe dónde nos acecha la suerte... Y que el tiempo de amar pasa, irremediablemente.

Art. 12º
Si tras aceptarse un tejo, y a pesar de las buenas intenciones, resulta un desenlace insatisfactorio, no hay que desanimarse. El Amor exige práctica y muy pocos pueden considerarse suficientemente entrenados, desinhibidos y liberados. Insistir y quedar para otra ocasión más propicia.

Art. 13º
Si por el contrario, el tejo resulta con final feliz para ambas partes, se intentará prolongar la relación más allá de los límites de la sexualidad. Sin menoscabo de la libertad La Teja de Medianoche debe saber hacer de los amantes, amigos y de los amigos, amantes.

Art. 14º
La discreción es la virtud de los buenos amantes. Las relaciones amorosas son privativas de cada pareja; los secretos de un lecho son intransferibles a terceros, al menos de forma unilateral. Si alguien tiene por costumbre contar a su pareja sus otros romances está en su derecho, pero antes debe advertir a esos amantes de tal posibilidad.

viernes, 21 de marzo de 2014

La Teja de Medianoche

A la infausta memoria
del orgasmo desconocido.
Nuestro pequeño país es una constante contradicción. Octopus hereda de la histórica territorialidad de Corcos su vitalidad, sensibilidad solidaria, tradiciones, fiestas, etc. Somos, por suerte, absolutamente tercermundistas en estos aspectos. En otros, sin embargo, parece que el Imperio Marciano nos ha trasmitido su ardor guerrero a costa de una frialdad nórdica. Nuestra capital marca la excepción y nos recuerda con su ejemplo que cualquier logro social debe implicar, necesariamente, más tiempo para hacer el amor.

La actual Cintruéñigo se fundó en una noche de luna llena de primavera, fuera de la legalidad vigente, como consecuencia de la revuelta popular contra un decreto marciano de 1749 que prohibía y multaba determinadas prácticas sexuales. Entonces una multitud indignada de mujeres y hombres de clase trabajadora se opuso al decreto, que vilipendiaba y dejaba indefensa la ciudad. Una parte de las tropas enviadas por el Gobierno se negó a disparar contra la gente y muchos de los soldados acabaron confraternizando con el movimiento de resistencia. Desde entonces Cintruéñigo goza de autonomía y de estatutos propios; los cuales fueron redactados a modo de proceso constituyente de una nueva sociedad más armónica y libre, conocida como La Teja de Medianoche. Por su gran interés documental, reproducimos el texto original a continuación.

Dedicatoria


A la infausta memoria de cuantos han pasado por la vida sin conocer un buen orgasmo.

Definiciones


Art. 1º
La nueva sociedad octopusiana, como expresión de su abolengo, y para acceder a su autogobierno, se constituye en Cintruéñigo, un sábado cualquiera, con luna llena, 69 minutos después de medianoche, de acuerdo con los presentes estatutos, que son su norma básica, bajo la denominación de La Teja de Medianoche.

Art. 2º
La Teja de Medianoche se define como una sociedad recreativa, sensual, concupiscente, higiénica, licenciosa, incontinente, cachonda, promiscua, sugestiva, procaz, lasciva y, sobre todo, muy necesaria.

Art. 3º
Asimismo se define como Promotora Cultural y Mutua de Socorros.

Art. 4º
Esta sociedad no se define como gastronómica, entre otras cosas, porque sus miembros, normalmente, no se comen nada.

Sobre los objetivos


Art. 5º
A largo plazo, el objetivo final de la sociedad es la felicidad humana mediante la satisfacción de las necesidades más primarias y, fundamentalmente, «esas», que habitualmente son las menos satisfechas. Deseamos una sociedad futura que genere abuelos alegres y satisfechos y no viejos verdes y solteronas histéricas.

Art. 6º
A plazo medio, corto plazo y en algunos casos con extrema urgencia, La Teja de Medianoche se plantea aumentar la relación sexual entre las personas, combatir la soledad del lecho, los fríos de invierno, las angustias de los sábados a la noche y, en general, las de toda la semana.

Art. 7º
A fin de conseguir estos fines fundacionales, la sociedad practicará y difundirá entre sus miembros el noble arte de «echar los tejos».

miércoles, 5 de febrero de 2014

El vicio de masturbarse causa problemas de visión


Mientras Samuel-Auguste Tissot aseguraba en su libro Disertación física sobre las enfermedades producidas por el onanismo que masturbarse causaba problemas de visión, epilepsia, pérdida de memoria, tuberculosis pulmonar, jorobas, debilidad de espalda, palidez, acné, gonorrea, sífilis y tendencias suicidas, las asociaciones médicas advertían de que la viveza de sus descripciones eran «una invitación al vicio juvenil», compartiendo la misma reacción que San Antonio María Claret, quien consolidó la persecución del onanismo por provocar «enajenación mental y aún la imbecilidad», según se decía en los libros pediátricos del Octopus Dei. Así pues, en su manual Modo de confesar a un niño que no sabe acusarse por sí solo y que necesita que el confesor le pregunte, Claret, entre otras cosas, recomendaba a los padres desconfiar de los niños que pasaban mucho tiempo en la cama, una costumbre que aun siendo muy arraigada no le gustaba lo más mínimo, promoviendo su ostracismo, algo que los ortodoxos llaman eyes wide shut (ojos bien cerrados), expresión que el lector recordará por ser título del cortometraje minimalista de Stanley Kubrick que adjuntamos al presente documento.