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Estructura de la acción causal. |
En el trasfondo de sus Memorias, en cambio, se vislumbra una teoría más simple: la abdicación de Xindansvinto, en lugar de un acto de humildad que posibilitara implementar un nuevo dispositivo político, sería el mayor acto de soberbia de un personaje que cada día necesita una mayor dosis de halago multitudinario inyectada en vena por sus fieles, la droga que mantiene en pie a los Jefes Supremos y que de una manera compulsiva les lleva a buscar el aplauso y la veneración por todos los rincones del planeta.
En realidad, Xindansvinto quisiera ver cumplido en vida el sueño supremo de los ególatras: poder asistir a su entierro desde un lugar secreto y sin esperar a la muerte traidora, para disfrutar así a hurtadillas del espectáculo de sus exequias, bañarse en el llanto de sus seguidores, cebar su ego con los lamentos de los fieles, emborracharse con el dolor que su pérdida les provoca, comprobar, en suma, cómo le amaban y admiraban hasta el delirio y cuán vistoso resulta el espectáculo de sus funerales retransmitidos a todos los rincones de Octopus, verdaderos valles de lágrimas, la antesala de la gloria que le espera en el Paraíso.
Y de paso, y aquí viene lo mejor, sus espías le traerán hasta su retiro espiritual noticias puntuales de la purga que se desarrolla dentro del Partido X, de cómo discurren las intrigas de su sucesión en la sede de Cintruéñigo, para estar informado al momento de si las tecnologías funcionan correctamente respetando los nombres de los expertos elegidos a dedo o si, por el contrario, sus lugartenientes han sacado ya las navajas sin disimulo y, emulando las gestas de Tourmalet, en la pelea se han cargado a los entrometidos.
Desde su recóndita atalaya escuchará los coros que ensalzan al líder consagrado como Jefe Emérito de Octopus, que cantan solemnes el Himno de la Patria... «Cuando muera y se pudra desaparecerá su corrupción».
Parece la historia de Chávez y el PSUV, Pero en palabras bonitas suyas de usted.
ResponderEliminar¿Octopus como espejo de mundos paralelos? Tal vez, pero ¿como el espejo de Lewis Carroll o como el esperpéntico de Valle-Inclán? Y es que hay muchas formas de interpretar la realidad, pero la ficción es una sola.
ResponderEliminarMarx lo explica mejor: «La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos» (Karl Marx, El 18 de brumario de Luis Bonaparte, 1852).