sábado, 29 de septiembre de 2012

Octopus for dummies

Octopus es un país montañoso, con una costa sinuosa y muy recortada. En los terrenos bajos crece la selva virgen, con una rica biodiversidad merced a la abundancia de agua dulce y su clima tropical; y en las partes más elevadas, cuya temperatura es más fresca, se encuentran bosques de climas más moderados. La parte sur, en cambio, es muy seca y su vegetación está constituida por sabanas, matorrales y plantas xerófitas.

Su capital Cintruéñigo fue refundada en una noche de luna llena de 1749 y se rige desde entonces por sus propios estatutos, conocidos como La Teja de Medianoche. Tiene facultades de derecho y de medicina y es nudo de comunicaciones aéreas y ferroviarias. Posee un mercado central cubierto con una superficie de unos 10.000 m² que en la actualidad está prácticamente inhabilitado por las políticas de austeridad decretadas por el gobierno, en el cual se efectuaba casi todo el comercio internacional de la república.

La industria no ha superado aún la simple utilización de los recursos agrícolas, que ocupa al 70% de la población. Pero la falta de medios técnicos no permite, muchas veces, el autoabastecimiento. El maíz, el arroz y las batatas sirven para el consumo interno. En las laderas de los montes se explota el café, y en los llanos, el sisal, el algodón y la caña de azúcar. Entre las numerosas riquezas minerales, tan sólo se extrae la bauxita en cantidades apreciables. El subdesarrollo de Octopus se ve agravado por la gran actividad volcánica y los frecuentes huracanes que destrozan los cultivos ante la absoluta inercia de las autoridades, que siguen considerando prioritarios los presupuestos militares.

La población está compuesta en su mayor parte de negros descendientes de los antiguos esclavos procedentes de la diáspora implementada por el Imperio Marciano. Después de la activa intervención del jefe Croissant Loverture (muerto en Bretonia, en el castillo de Joux), el joven general Gumerxindo Saraiva declaró en 1847 la independencia del país, lo que desencadenó la primera guerra de Tourmalet.

En 1957 fue elegido presidente Tiberio Dansvinto, quien instauró un régimen dictatorial que contó con el beneplácito de Germania y Paranoia. En 1964 se hizo proclamar presidente vitalicio y designó a su hijo, Jean Claude, como sucesor. Éste accedió al poder en 1971, con sólo diecinueve años de edad, siendo investido Jefe Supremo y adoptando el nombre de Xindansvinto. Si bien introdujo algunas reformas, es más famoso por sus desmanes.