viernes, 27 de octubre de 2017

¡Es la guerra, traed madera!

En la radio también hay un perro, y el perro guau guau, el gato miao miao, la paloma
ruu, el pavo glú glú glú, el gallo cocorocó, la gallina coo y el pollito pío, el pollito pío...
Golpe de Estado, ley colonial, virreinato, estado de excepción, presos políticos, represión, censura, gobierno de la minoría, parlamento títere, restauración reaccionaria, fin de las autonomías regionales. Todos y cada uno de esos términos expresaban verazmente las políticas del Imperio Marciano sobre las aspiraciones de sus pueblos, así como su visión sobre la democracia, el pluralismo o la monarquía. Desde el Reino del Castillo el furor recentralizador del joven Felipe de Sextercius, con su duro discurso apelando a los valores sempiternos y las instituciones irremplazables, instigó la organización de marchas multitudinarias bajo el lema «Todos somos Corcos» en las que sus seguidores usaban paños en sus estandartes e himnos propios para no reconocer los octopusianos, por lo que la prensa afín comenzó a denominarles con el metaplasmo de pañistanistas.

La Internacional Cintrueñiguista, auspiciada por el doctor Corcóstegui, a la sazón heredero del linaje de Corcos, abogaba por una unidad territorial asimétrica y heterodoxa en torno a los particulares estatutos de Cintruéñigo; una idea que, a pesar de que tan solo cuajó en la República Democrática de Cintruéñigo Oriental, hizo proliferar Comités Cintrueñiguistas constituidos pueblo a pueblo y barrio a barrio, siendo especialmente activos los de Matiko, Guadalupe, Omsk, Campo Lameiro, Peñafiel y Chihuahua, si bien tuvieron siempre en su contra la presión ejercida desde los sectores pañistanistas, muy influenciados por la propaganda francófona en auge en todo el Imperio Marciano. Desde la Confederación de Pueblos Nómadas de Cintruéñigo, en cambio, tras el inicial entusiasmo con que acogieron sus propuestas, pronto se tildó de reformista a este movimiento y de sospechosa cercanía a las tesis hegemónicas octopusianas que pretendían «hacer Octopus grande de nuevo», por lo que prefirieron seguir su proceso revolucionario que básicamente consistía en defender y reafirmar sus inveteradas costumbres de trueque y nomadismo en un sistema transparente y participativo y una economía que sustituyera el beneficio privado por el bien común. El Reino de Alicia, que hasta entonces se había mantenido en un discreto segundo plano, realizó una pinza con el Gran Lucero contra la Confederación y comenzó a acusar a los pueblos nómadas del norte de propagar el fuego que asolaba sus bosques, mientras que el recién escindido Lucero del Oeste se anexionaba definitivamente los territorios del sur y trasladaba su capital a Mulhacén, en el departamento confederal de Fruiz. El propio Reino del Castillo se partió en dos ante la imposibilidad de unificar el diseño corporativo de sus estandartes entre los partidarios del águila imperial y los del pollito amarillo, dando lugar al Reino de Arriba y el Reino de Abajo. Sin embargo, la dimensión y la crudeza del golpe autoritario dado por el Gobierno de Sextercius cambió todas las reglas del inestable juego político en beneficio del régimen marciano.

Cataria no aceptó la solución del Imperio en el conflicto de Tourmalet, por lo que declaró unilateralmente su segregación de Sextercius. No en vano anteriormente ya se había emancipado de Octopus primero y de Cintruéñigo Oriental después, y sus relaciones con los otrora Reino del Castillo y Gran Lucero nunca brillaron por su reciprocidad. No obstante, las autoridades catarinas aseguraron estar dispuestas a enviar una delegación diplomática a Fuentelisendo para iniciar conversaciones serias, recalcando en sus misivas que «la continuación de las humillaciones no lleva a ninguna de las partes a la victoria, sino que llevará al país hacia el caos, afectando a todos los aspectos de la vida». La respuesta no se hizo esperar y el Gobierno de Sextercius realizó su propia oferta de diálogo fletando varias naves que arribaron en Cataria con una delegación de miles de efectivos.

La Guardia Imperial tomó el control de los colegios, las telecomunicaciones y los medios de comunicación bajo el agumento de garantizar la «transmisión de una información veraz, objetiva y equilibrada» así como un mapa meteorológico adaptado a las necesidades turísticas del Imperio. Asimismo, se intervino la gestión y recaudación de los tributos, se cesó al completo el gobierno catarino y se encarceló a sus miembros, el legislativo pasó a ser absolutamente controlado por el senado marciano y se prohibieron las organizaciones separatistas, cintrueñiguistas u octopusianas que operaran en Cataria. Otra de las medidas fue ilegalizar los partidos de fútbol. El General Tristeza sacó a pasear a sus polluelos armados: «Son solo unos hilillos de suspensión de autonomía para recuperar la normalidad, la tolerancia, la concordia y la buena convivencia». Miles de personas convocadas por la Internacional Cintrueñiguista, la Asamblea Catarina del Puño Cerrado y la Liga Catarina Revolucionaria, que acababan de ser ilegalizadas, salieron a las calles a divertirse. Las Juventudes Cintrueñiguistas aprovecharon la ocasión para difundir unos panfletos de agitación y propaganda inspirados en los estatutos de La Teja de Medianoche:

«¡Catarinas y catarinos, cuatrisílabos todos! ¡Dejad lo que tengáis entre manos y echaos a las calles! ¡Vamos! ¿Acaso no habéis escuchado el aullido del cuerno en Trastámara? ¿es que no habéis visto brillar las hogueras en las cumbres de Provenza? Los vigías han oteado a las columnas “Aburrimiento”, “Mal Humor” y “Desgana” del General Tristeza marchar sobre Tethys, con la aviesa intención de sitiarla. ¡Y por las enaguas de Don Terencio, que si quieren guerra la han de tener! Todas las hijas e hijos de Cintruéñigo en edad de divertirse serán reclutados sin excepción, desde Octopus a la Atlántida, quedando establecida dicha edad entre los cero y los ciento cuarenta y ocho años. Bienvenidas serán las Brigadas Internacionales, que serán instruidas con regocijo en nuestras experimentadas tácticas de celebración y disfrute. Será la nuestra una guerra recordada con admiración por las generaciones venideras. Atronará sin tregua nuestra artillería de cuchufletas y fuegos multicolores. Será el vino de nuestras copas al brindar la única sangre que derramemos. Ríos de lágrimas, sólo de alegría y emoción, desbordarán inundando desde Ampurias a Cefalonia. ¡Que tiemblen el General Tristeza y sus esbirros! ¡tenemos escuadrones de gigantes invencibles, cabezudos armados con vejigas y un Gargantua hambriento! ¡que desistan de enviar saboteadores en forma de agresores, pues serán pasto de los voraces mubles! ¡Catarinas y catarinos, cuatrisílabos todos! ¡alzaos como los brazos de Marijaia! ¡que estalle la alegría! ¡ni un paso atrás, a no ser que así lo indique el baile! ¡y haced el amor! ¡haced mucho el amor, pues así ha de ser nuestra guerra!»

viernes, 15 de septiembre de 2017

La vida secreta de las piedras (II)


He oído y no sé,
si ponerme triste,
enfadarme o llorar.
He oído que no tienes vida,
que eres fría, pesada, oscura.
Pero mi contacto te despierta,
mi caricia te aviva,
te aligeras en mi regazo
y te elevas en mi hombro.
Mi querida piedra.

Iñaki Perurena

lunes, 26 de junio de 2017

Manifiesto Plagiarista de la Confederación de Pueblos Nómadas de Cintruéñigo

1.- El plagiarismo y el humor son cosas muy serias.

Son tan serias que, si alguien se las toma a broma, se convierten en una tragedia. Es solo cuestión de tiempo; mientras tanto, los plagiaristas podan sus viñas.

2.- Una obra plagiarista es como un juego de niños.

Antes de empezar el juego, un primer niño pregunta cómo se juega. Durante el juego, un segundo niño invierte las normas. El juego termina cuando un tercer niño empieza a llorar.

3.- Tiempo = Comedia – Tragedia.

— Como dijo Woody Allen, «Humor = Tragedia + Tiempo».
— ¡Eso es una parida! Y no lo dijo Woody Allen. Lo dijo Alan Alda en Delitos y faltas, interpretando un personaje hipócrita y arrogante que representaba la antítesis de los valores de honestidad e integridad encarnados en el personaje interpretado por Woody Allen.
— Pues mi libro de frases célebres dice que lo dijo Woody Allen.
— Entonces vale, siempre suele ser mejor el libro que la película.

4.- El plagiarismo es una tradición oculta y universal.

El plagiarismo es nómada, no tiene fronteras ni lenguas; está enraizado en el proceso social, el sentido de comunidad y el reconocimiento de que la sociedad es algo más que la suma de individuos pasados y presentes que la constituyen. La escritura plagiarista se asemeja al principio de incertidumbre enunciado por Werner Karl Heisenberg. El plagiarista lee y si le queda tiempo escribe sobre lo que ha leído. Vuelve a leer lo leído y a escribir lo escrito, y es incapaz de distinguir cuál de las sombras que le rodean le pertenece. Aunque los plagiaristas conocen la naturaleza de su literatura, esta naturaleza varía durante el acto de la escritura y se vuelve incognoscible.

5.- El plagiarismo es un rompecabezas.

Cuando los escribas plagiaristas copian, ninguno de ellos lo hace con intención de que lo que escribe sea suyo. Son copistas nómadas que practican el trueque. Imprimen su sello en el estilo de los demás porque los admiran y quieren saberse capaces de armar textos en un juego en el que no hay autor pero sí un secuestro del arte de aquellos. De hecho, el término 'plagio' deriva del latín plagium, que significaba secuestro y que contenía el vocablo plaga que venía a utilizarse para referirse a una trampa. El plagiarismo es una trampa para patos; esconde sus triunfos tocando la trompeta hasta que el mismo concepto de autoridad pierde sentido.

6.- El plagiarismo es una brecha en mitad del territorio.

Cualquier elemento, no importa su procedencia, puede servir para hacer combinaciones nuevas. Cuando se ponen juntos dos objetos, no importa cuan alejados puedan estar sus contextos originales, siempre se crea una nueva relación. La interferencia mutua de dos mundos de sentimiento, o la reunión de dos expresiones independientes, sobrepasa los elementos originales. El plagiarismo es una brecha en mitad del territorio por el que deben transitar todos los pueblos nómadas del siglo XXI. ¿Y cuál es ese territorio? El mismo de siempre, pero distinto, que es una forma de decir que nadie lo sabe. Las calcomanías, no obstante, provienen de Atlántida.

7.- En el plagiarismo hay de todo como en botica.

Hay muchas formas de interpretar la realidad, pero la ficción es una sola; es decir, que todo está escrito; es decir, que todo está por escribir. Como nada de lo que sucede se olvida jamás aunque no podamos recordarlo, los plagiaristas siguen escribiendo a pesar de saber que todo ya se encuentra en las infinitas salas de la biblioteca de Babel. El plagiarista se comporta como un farmacéutico sin titulación que no investiga ni prescribe, pero es quien otorga el acceso a la medicación conveniente. Nosotros le entregamos una receta, y él nos da la espalda y abre un cajón al azar. De ahí saca una caja, pero antes de entregárnosla advierte: Lea detenidamente el Manifiesto Plagiarista. Como todos los movimientos, el plagiarismo puede tener efectos secundarios, y estos son competencia exclusiva del lector. En caso de duda, dude.

8.- El plagiarismo no sirve para nada.

Los escribas plagiaristas no sirven para nada. La literatura entera no sirve para nada que no sea ofrecer el placer que produce. La literatura sólo sirve para la literatura, y para el plagiarista eso es más que suficiente. Pero la mejor literatura acaba sirviendo para algo más, y esa se escribe como si no fuera a servir para nada. O, al menos, no se escribe bajo la losa de su utilidad inmediata, sea ésta política, moral o económica.

jueves, 30 de marzo de 2017

Imaginemos que estamos vivos

Olvidemos la destrucción, 
el dolor, la tristeza.
1937
Fandango de lechuzas escabeche de espadas de pulpos de mal agüero estropajo de pelos de coronillas de pie en medio de la sartén en pelotas ─ puesto sobre el cucurucho del sorbete de bacalao frito en la sarna de su corazón de cabestro ─ la boca llena de la jalea de chinches de sus palabras ─ cascabeles del plato de caracoles trenzando tripas ─ meñique en erección ni uva ni breva ─ comedia del arte de mal tejer y teñir nubes ─ productos de belleza del carro de la basura ─ rapto de las meninas en lágrimas y en lagrimones ─ al hombro el ataúd relleno de chorizos y de bocas ─ la rabia retorciendo el dibujo de la sombra que le azota los dientes clavados en la arena y el caballo abierto de par en par al sol que lo lee a las moscas que hilvanan a los nudos de la red llena de boquerones el cohete de azucenas ─ farol de piojos donde está el perro nudo de ratas y escondrijo del palacio de trapos viejos las banderas que fríen en la sartén se retuercen en el negro de la salsa de la tinta derramada en las gotas de sangre que lo fusilan ─ la calle sube a las nubes atada por los pies al mar de cera que pudre sus entrañas y el velo que la cubre canta y baila loco de pena ─ el vuelo de cañas de pescar y alhiguí del entierro de primera del carro de mudanza ─ las alas rotas rodando sobre la tela de araña del pan seco y agua clara de la paella de azúcar y terciopelo que pinta el latigazo en sus mejillas ─ la luz se tapa los ojos delante del espejo que hace el mono y el trozo de turrón de las llamas se muerde los labios de la herida ─ gritos de niños gritos de mujeres gritos de pájaros gritos de flores gritos de ladrillos gritos de muebles de camas de sillas de cortinas de cazuelas de gatos y de papeles gritos de olores que se arañan gritos de humo picando en el morrillo de los gritos que cuecen en el caldero y de la lluvia de pájaros que inunda el mar que roe el hueso y se rompe los dientes mordiendo el algodón que el sol rebaña en el plato que el bolsín y la bolsa esconden en la huella que el pie deja en la roca.

lunes, 20 de marzo de 2017

sábado, 4 de febrero de 2017

El legado de Herculo

La primera batalla de Tourmalet se remonta a 1847, cuando un puñado de valientes, entre los cuales sobresalían el heroico Gumerxindo Saraiva y su adlátere Herculo, declararon la sublevación de los pueblos de Octopus contra el Imperio Marciano, incidiendo significativamente en la redefinición de otras regiones de Sextercius que añadieron a su nombre el de Cintruéñigo.

En su permanente litigio contra el Reino del Castillo por la disputada estirpe de Corcos, Saraiva llevó al máximo grado su indiscutible liderazgo hasta que en 1910 el conspirador Henri Desgrange ordenó su asesinato en una emboscada. Herculo vengó la muerte de su amigo degollando a Desgrange antes de que tomara el poder, lo que desencadenó una despiadada carnicería en la mítica cumbre del mal retorno. Luchadores como Redondo Contador y Picudo Delgado destacarían en su destreza con el puñal, convirtiéndose en sus lugartenientes.

Con la firma del armisticio que detuvo la cruel batalla a puñaladas, la nueva demarcación territorial de Sextercius dividiría el mapa basándose en prejuicios meteorológicos, pero sin criterio climatológico alguno, con la vaga excusa del sistema sexagesimal vigente. Además se promulgó la deportación de Herculo que, seguro de sus conocimientos en astrología y papiroflexia, embarcó junto a sus dos camaradas en una trepidante expedición en busca de la genealogía de Corcos, lo que les deparó innumerables aventuras.

La tripulación fue reclutada entre afines aunque no hubieran participado en la histórica gesta. Fue el caso del joven oficial Federico Temeto, quien acabaría reemplazando a un nefasto capitán alcoholizado cuando este cayó por la borda en el transcurso de una fuerte tormenta. En otra ocasión, el embate de las olas hizo zozobrar el navío con tal ímpetu que, a pesar de las hábiles maniobras de Temeto, la nave quedó encallada en una inhóspita isla regida por Bárbaro Oreste, cuyo celo por sus concubinas provocó la expulsión de los naúfragos tras una monumental bronca con el pretencioso capitán.

Al regreso de sus viajes por el mundo, Temeto lideró diversas incursiones bélicas. En 1954 organizó sendos levantamientos en Tourmalet y Cintruéñigo propugnando la presidencia de Tiberio Dansvinto, a quien veía como un jefe honesto; pero, cuando este accedió al poder en 1957 y quedó patente su autoritarismo, Temeto le repudió, volviendo a las armas en 1959 y de nuevo en 1964, esta vez junto a Longino Lalanza, a quien cedió el testigo.

En 1974, con Xindansvinto en el poder, Danguillaume aplastó una revuelta encabezada por Lalanza, quien en la retaguardia reorganizaría una guerrilla insurgente luego conocida como las Huestes de Herculo. Por supuesto, este nombre no rememoraba al Herculo que luchó en Tourmalet ni al Herculo que rastreó los orígenes de Corcos, sino a un Herculo tamizado e idealizado convenientemente a través de la propaganda clandestina del desertor y poeta Filippo Pozzato. En 1985 las Huestes de Herculo se hicieron con el control de Luz Ardiden, siendo ejecutado en la trifulca Bernard Hinault, mano derecha de Danguillaume.

Herculo, por su parte, tras separarse de su joven capitán se asentó en Patagonia Moái, donde se casó y tuvo cuatro hijos. Su felicidad y riqueza llegaban al cénit cuando cometió diversos deslices. Por un lado, olvidó completamente su inicial propósito investigador dejándose influenciar por la nube telepática. También se dice que robó el néctar de ambrosías de los dioses para compartirlo con sus amigos, pero que al probarlo estos entraron en una especie de letargo que se prolongó durante años. Herculo dispuso en su palacio estancias en las que pudieran descansar. Con el tiempo se quedó prendado de una princesa y, al pasar por el lecho donde dormía, aprovechaba para violarla, dejándola preñada y detonando una serie de equívocos cuyo punto más retorcido lo protagonizó su celosa esposa dando caza a los hijos bastardos de su marido para cocerlos, adobarlos y servírselos a escondidas entre las carnes de su cena. Todo para acabar diciendo con sorna al comensal durante el banquete que aquellos manjares que masticaban sus dientes eran, sin duda alguna, de su propiedad. Comida, crueldad y drama, todo muy octopusiano.