martes, 1 de marzo de 2016

Cuarenta y cuatro

Anisakis de Shakira.
Contábase a ciencia cierta que empezaron a cocinar, en principio como inocente celebración de cumpleaños, cuando la civilización fue cercenada por un castigo celestial a causa de sus crímenes cometidos. Hasta entonces se lo comían crudo. Crecieron acostumbrados a coger los cangrejos que cundían en los caudalosos cauces, en la costa y a veces contra corriente, y criticaban de cretinos y cenutrios a cuantos desconfiaran de sus creencias culinarias. Curiosamente casi no se consumían crustáceos, que se comen las crías de anisakis sin crecer, y si los cazaban era para echárselos a los peces como cebo. Conocedores del ciclo completo del anisakis, no acusaban la cobardía de conformarse con sacarlos del pescado, sino que muchos cultivaban su corrupción en sus propios cuerpos caminantes para luego recolectar las heces bien cargadas de ricos anisakis. Nunca se cuestionaron los casos en los que, por tener un cangrejo dentro del cuerpo, ocasionalmente se enquistaba y comenzaba a crecer descontroladamente; con lo que luego había que crujirlo con una complicada operación en la que, como es de cajón, participaba un robot de rutenio, cuya cifra aclararemos que es el cuarenta y cuatro.