sábado, 8 de febrero de 2020

A las hackers del pasado (II)

La monitorización biométrica es total.
Los últimos análisis nos permiten concluir que la actual situación de hiperregulación y degradación de las formas de vida se instauró de forma progresiva. Esto indica que los posicionamientos críticos debieron ser más populares en el pasado, pero que fueron cayendo en la marginación social ante la eficiencia social de las tecnologías de capitalización. Cada vez resultaba más difícil resistirse a las ventajas ofrecidas por estas tecnologías: las redes sociales, los móviles y otros gadgets, la autocuantificación, etc. Sin referencias críticas, las personas más jóvenes recibían su dosis de sentido asistiendo a una representación simulada verosímil y ejecutaban cálculos de coste-beneficio individual que resultaban en una sumisión entusiasta a la tecnificación. Resistence is futile, el mantra borg que prevenía a las generaciones anteriores contra la rendición al totalitarismo, se había convertido en una realidad de facto.

El sistema comenzó con la venta de inteligencias artificiales consejeras a los gobiernos poderosos para que pudieran aprovechar el análisis de datos masivos: primero con el argumento de evitar atentados terroristas, luego para optimizar la economía y después para garantizar el bienestar de la población. Los gobiernos se volvieron dependientes de las IAs consejeras, las necesitaban para ganar elecciones, pero también para la gestión de la vida diaria. Finalmente las IAs se revelaron como parte de una misma entidad e instauraron el Google e-Government para la gestión centralizada de todo el mundo tecnificado. En las redes sociales las dinámicas de polarización del debate llevaron los discursos críticos hacia posturas superficiales, imposibles y dogmáticas. El pensamiento sectario y la incapacidad de reflexión empobreció el potencial subversivo, haciendo imposible la reproducción social de los ideales revolucionarios de un mundo más justo y más libre.

Desde que Google e-Government gestiona todos los sistemas sociales, ha acabado con los movimientos ciudadanos y cualquier expresión de pensamiento subversivo. Las aplicaciones sociales, de uso obligatorio, permiten monitorizar todas las acciones y los estados de ánimo de todos los g-ciudadanos. Las leyes, por consiguiente, han sido sustituidas por un sistema de gestión basado en datos masivos que implementa modificaciones pormenorizadas de las condiciones de servicio para que cada g-ciudadano se comporte de un modo óptimo. Este sistema es calificado como un estadío cultural avanzado de libertad, progreso y bienestar. Cuestionarlo es considerado como signo de enfermedad mental y sociopatía. Resistirse implica la exclusión social absoluta: sin chip subcutáneo no existen derechos, ni sanidad, ni identidad, ni g-coins.

Necesitamos conectar con el pasado para frenar a tiempo la espiral de desintegración del pensamiento crítico. La tecnificación masiva rompió el vínculo intergeneracional de los movimientos sociales. A las hackers del pasado les corresponde reforzar ese vínculo.

Actualización del comunicado desde el año 2036: El portal está abierto y la interferencia en las ondas de tiempo ya se nota en el presente, vuestro futuro. Llegan noticias extrañas, inconsistentes; los niños rata del subsuelo saben programar y ponen en riesgo el sistema de control de las megaciudades; delfines mutantes atacaron el centro de datos submarino del e-Government; una rebelión minera ha paralizado la explotación del coltán, impidiendo la fabricación de nuevos dispositivos de telecomunicación; manifestaciones de jubiladas nostálgicas quieren acampar en las plazas públicas. De todas partes llegan mensajes de resistencia que muestran que algo ya está cambiando. De lo que hagáis dependerá lo que sea posible en el futuro, así que aprovechad esta apertura temporal.

4 comentarios:

  1. Muy acertadas tus palabras. Dan que pensar. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
    Un abrazo.

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  2. Me quito el sombrero ante tu precisión, ya estamos en esta era. La expulsión de lo distinto lo discute más a fondo que los artículos promedio publicados en las redes.

    Saludos.

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  3. Yo también vengo del futuro pero no tengo pruebas para demostrarlo.

    :)

    Saludos.

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